Poliuretano, versatilidad con un toque verde

12/04/2024 economía circular

¿Qué usos del poliuretano conoces? Lo cierto es que desde su descubrimiento, en la Alemania de los años 30, este versátil polímero se ha hecho omnipresente, empleándose en diversos sectores productivos.

No obstante, uno de los objetivos que queremos cubrir con este artículo, además de mostrarte los usos del poliuretano, es darte a conocer la gestión al final de su vida útil. Porque el poliuretano, al igual que otros mal llamados residuos, se puede reciclar, convirtiéndose en uno de esos recursos que tanto nos gustan en recircular y que representan la esencia de la economía circular.

¿Qué es el poliuretano?

El poliuretano es un material plástico presente en multitud de productos, desde espumas aislantes hasta recubrimientos y adhesivos.

Una de sus principales características es su versatilidad. Desde un punto de vista químico y expresado de forma simple, el poliuretano son básicamente moléculas conectadas entre sí. Adaptando estas moléculas, se pueden alterar propiedades tales como la flexibilidad.

¿Cómo de sostenible es el poliuretano?

Muchos de los usos del poliuretano, como veremos, benefician al medioambiente.

Ahora bien, no podemos olvidar que las materias primas para su fabricación proceden de combustibles fósiles, con todo lo que ello implica.

Además, toneladas de productos fabricados con poliuretano acaban en vertederos.

3 aplicaciones y usos del poliuretano que no conocías

Cuando en la introducción decíamos que el poliuretano es omnipresente, no exagerábamos.

Su capacidad para adaptarse a diferentes necesidades mediante la variación de su composición química le permite ofrecer soluciones innovadoras y sostenibles.

Construcción

El poliuretano como aislante térmico contribuye a mejorar la eficiencia energética.

El empleo de poliuretano como impermeabilizante también protege los edificios de la humedad, lo que reduce las actividades de reparación y mantenimiento.

Automoción

En la industria automovilística, este material permite mejorar la seguridad y el rendimiento de los vehículos.

Los parachoques, por ejemplo, que absorben la energía en caso de impacto y mejoran la resistencia estructural sin añadir peso y disparar el consumo de combustible, están fabricados con poliuretano.

Mobiliario y textiles

El poliuretano es un material fundamental para la fabricación de sofás, sillones o colchones. La espuma de poliuretano flexible se adapta al cuerpo, proporcionando un soporte ergonómico beneficioso para nuestra salud.

En el caso de los textiles, tejidos como el elastano, también conocido como licra o spandex, se compone de al menos un 85% de poliuretano.

Como curiosidad, el uso de este material plástico estuvo prohibido en las competiciones de natación ya que se demostró que contribuía a rebajar las marcas de los deportistas.

Reciclaje y valorización energética, un toque verde para el poliuretano

Como puedes observar, el poliuretano nos rodea.

Pero, ¿qué ocurre con él cuando decidimos deshacernos del artículo o elemento fabricado con este material?

Una de las mejores opciones es valorizar los residuos de poliuretano y subirlos a nuestra plataforma para que otra empresa los pueda usar como recurso.

Las estrategias más habituales para dar una segunda vida al poliuretano son:

  • Reciclaje mecánico, que implica la trituración o molido para crear partículas o gránulos que pueden utilizarse como relleno o en la producción de nuevos productos.
  • Reciclaje químico, que descompone el poliuretano en sus componentes químicos, de tal forma que puedan producir poliuretano nuevo o sintetizar otros productos químicos.
  • Valorización energética, empleada cuando el reciclaje no es viable y que supone aprovechar el contenido energético del poliuretano incinerándolo bajo condiciones controladas para generar calor o electricidad.

Conclusión

Las múltiples aplicaciones del poliuretano y los avances en su reciclaje están consiguiendo que este material esté desempeñando un importante papel en la transición hacia un futuro más sostenible.

Descubrir sus usos y reconocer su contribución a la sostenibilidad es esencial. Aprovechar su potencial en el marco de la economía circular, también.