Economía circular, un flotador para que el sector naval abrace la sostenibilidad

04/10/2022 Noticias

El sector naval es uno de los principales motores de la economía mundial. La construcción de todo tipo de buques, su reparación y mantenimiento y la industria auxiliar que prospera alrededor de estas actividades genera riqueza y millones de puestos de trabajo.

Pero su contribución es aún mayor cuando tenemos en cuenta que en torno al 80-90 % de las mercancías se transportan en barco. De hecho, la mayoría de cadenas de suministro dependen de que mastodontes de 400 metros de eslora cargados con hasta 24 000 contenedores recalen en su destino sin incidencias.

Y a esta actividad hay que añadir el peso que tiene el turismo de cruceros, que en 2019 movió casi 30 millones de personas. La explotación de las pesquerías y otros recursos marinos como la eólica off shore o el transporte de gas licuado también representan un importante porcentaje de tráfico marítimo.

Pero este sector estratégico debe afrontar numerosos retos para seguir siendo competitivo, adaptarse a las demandas del mercado y cumplir con la legislación. Y avanzar en sostenibilidad forma parte de esos desafíos clave.

Vientos de circularidad para impulsar el sector naval

Según datos de la International Chamber of Shipping, en el mundo hay más de 50 000 barcos mercantes, a los que habría que sumar muchos otros buques (barcos de recreo, cruceros, etc.).

Centrándonos en el impacto ambiental, la mayor parte de los esfuerzos se centran en la búsqueda de combustibles alternativos. En este sentido, solo el transporte marítimo genera casi el 3 % de las emisiones mundiales de CO2. siendo un objetivo de la International Maritime Organization reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al menos un 50 % para el año 2050.

Pero resulta evidente que solo con este cambio no se alcanzará un sector naviero sostenible. Y es en este punto donde la economía circular puede jugar un papel decisivo.

¿Cómo implementar estrategias circulares en la industria naval?

La siguiente imagen muestra claramente en qué actividades u operaciones ligadas al sector naval se puede aplicar la economía circular.

Fuente: https://porteconomicsmanagement.org/pemp/contents/part2/green-supply-chain-management-ports/circular-economy-ports-maritime-shipping/ (editado)

Como puedes observar, se puede actuar sobre diferentes componentes, distinguiéndose:

  • Los barcos y las operaciones propias de los puertos marítimos.
  • Los contenedores que se emplean para el transporte de las mercancías.

Al igual que en otras actividades productivas, los buques y las infraestructuras portuarias se revisan y reparan. Y este mantenimiento hace posible la extensión de su vida útil. Pero estos bienes también admiten ser:

  • reutilizados, vendiéndolos como barcos o maquinaria de segunda mano. También se pueden cambiar de uso (tras un pormenorizado estudio en función de lo que se vaya a transportar) o arrendar, anteponiendo el servicio a la propiedad;
  • remanufacturados, con navíos que pueden actualizarse o en los que se puede optar por renovar equipos, software o estructuras, o
  • reciclados, siendo posible el aprovechamiento de la chatarra, el reciclaje de la fibra de vidrio en los barcos más pequeños y otros materiales. Las instalaciones portuarias también pueden ser convertidas, sometiéndolas a una reordenación urbanística.

La economía circular también puede dejar su impronta en la construcción de barcos. Así, se espera que la introducción de combustibles alternativos conllevará, probablemente, una modernización de flotas. Y esta posibilidad podría abrir la puerta al diseño modular, una opción que facilitaría aprovechamientos posteriores además de reducir el impacto ambiental durante su fabricación.

En lo que respecta a los contenedores, además de su reintroducción en las cadenas propias del transporte marítimo, muchos acaban convirtiéndose en viviendas, oficinas o instalaciones similares.

La oportunidad del PERTE para la industria naval

En el caso específico de España, la aprobación del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de la Industria Naval en marzo de 2022 es un instrumento que facilitará la transición a un sector naval más respetuoso con el medioambiente. Al fin y al cabo, uno de sus ejes es la sostenibilidad, estableciendo como objetivo alcanzar un sector naval descarbonizado y circular que ponga en valor la reutilización, el reciclaje y el tratamiento adecuado de los residuos.

Desde nuestro punto de vista, supone una oportunidad que la industria naval no debería dejar escapar. Este PERTE, además, puede establecer sinergias con otros planes ya aprobados como los de economía circular o energías renovables.

Zona de arrecifes peligrosos

Obviamente, esta transformación no está exenta de riesgos y hay cuestiones que, como las zonas de arrecifes, podrían hacer encallar la evolución hacia un sector naval circular.

Algunas barreras son comunes a otras actividades productivas:

  • Desconocimiento y falta de información, que se puede paliar confiando en empresas como recircular.
  • Barreras tecnológicas que pueden demorar algunos procesos.
  • Falta de conciencia ambiental.
  • Ausencia de marcos regulatorios globales.

Pero la industria naval muestra algunos escollos específicos de los cuales vamos a mencionar dos que consideramos especialmente relevantes:

  • La demanda y el precio de la chatarra, que es mayor en los países asiáticos. Es un factor que los armadores suelen tener muy en cuenta en el proceso de achatarramiento de un barco. De ahí que países como Bangladesh, India y Pakistán sean referencia en su desguace. Estos territorios, además, suelen tener legislaciones bastante laxas, lo que permite a los dueños de barcos con escasos escrúpulos maximizar sus beneficios con consecuencias ambientales y sociales nefastas.
  • La escasez de instalaciones de desguace que cumplan las normas dictadas por la Comisión Europea. La mayor parte de los desguaces autorizados solo pueden acoger buques pequeños y medianos. En España, por ejemplo, solo hay 2 instalaciones: en Barakaldo, para navíos con una longitud máxima de 120 metros, y en Gijón, para barcos con un máximo de 169,9 metros. Esta situación hace que el reciclaje de barcos con bandera de la UE, especialmente los más grandes, sea complicado.
Desguace de barcos en Chittagong (Bangladesh). Fuente: Naquib Hossain CC BY-SA 2.0

El sector naval, en resumen, convertido en piedra angular de un mundo globalizado, precisa de una modernización que también tenga en consideración las cuestiones ambientales.

La penetración de la circularidad en la industria naval es aún incipiente y es necesario solventar algunos problemas. Pero comienza a mostrar múltiples alternativas a explorar.

Y en recircular queremos ser el faro que ilumina la ruta para sacar el mayor provecho de la economía circular, así que si quieres que iluminemos tu singladura, ya sabes dónde encontrarnos.